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destino; aqu estaba la razón de ser de todos aquellos sentimientos frustrados y
reprimidos que le corroan por dentro!
Oh, Irma! dijo el apasionadamente, al llegar a ella.
Los labios de la muchacha florecieron en una corola de xtasis.
Cerro los ojos, frunció los labios en los que flotaba un beso, y se inclino hacia ella
rindiendo su corazón, su cuerpo, su alma, sus aspiraciones de gloria eterna y su colección
de colas de salamandra de Phigerinadon.
Pero en lugar de unos labios hmedos, tiernos y deliciosos...
La realidad dio un vuelco, un mortal retroceso, y Bill aterrizo duramente y de cabeza
con su sentimentalina en el suelo, obteniendo, para su frustración, un bocado de grava y
arena.
Puuuf! dijo, abriendo los ojos que tenia cubiertos de arena. Se los sacudió y
escupió un bocado de arena. Mientras tosa, consiguió ponerse medio en cuclillas, al
mismo tiempo que miraba a su alrededor lleno de incertidumbre e intentaba obtener un
enfoque mas preciso del glandioso paisaje en el que se hallaba.
Bill se sentó pesadamente en medio de una enorme extensión de desierto. Se pareca
mucho a lo que su tatarabuelo haba comprado en Phigerinadon el siglo anterior, cuando
haba llevado a la familia a colonizar aquel planeta: una valiosa propiedad costera, sin
costa. (Afortunadamente, se haban mudado a un territorio mas frtil, a pesar del poco
dinero que tenan, lo que haba tenido como resultado las mismas penurias de generación
en generación que Bill haba heredado.) Hasta donde Bill poda ver (que no era
demasiado, pues tenia aun mucha arena en los ojos), los cactos y la artemisa se
extendan hasta el lejano horizonte. Ocasionalmente pasaban plantas rodadoras y
arbustos por su campo visual, empujados por un melancólico y suspirante viento de
desierto. Mas all se vean dentadas y majestuosas montaas de cumbres nevadas. A
corta distancia, junto a una serpenteante carretera, haba una seal precariamente
inclinada.
Bill gimió y se froto la cabeza. Luego se puso de pie e hizo un rpido inventario de
todas las partes importantes de su anatoma. Ya estaba comprobada la presencia de su
cabeza y piernas; un rpido examen demostró que sus manos continuaban intactas y que,
si, continuaba teniendo una pezua en lugar de un pie. Sin embargo, en lugar de los
harapos con que haba estado vestido antes, llevaba pantalones tejanos de algodón y una
camisa de franela roja a cuadros sobre la que tenia puesto un chaleco de cuero abierto.
Alrededor de la cintura tenia tambin un cinturón en el que haba una funda que contena
un arma de fuego antigua que poda ser un revolver de seis disparos.
Sobre la cabeza tenia un enorme sombrero de vaquero tejano.
Bill reconoció aquellos atavos por lo ledo en sus primeros tiempos de educación.
Mientras su vocabulario oral haba sido duramente mutilado, sus capacidades lectoras de
entonces, como las de sus iguales, estaban próximas al cero (y probablemente aun sigan
as). Esta es la razón de que los libros cósmicos fuesen creaciones verbales que le
hablaban al lector a medida que este volva las paginas, lo que significaba que el lector
idiota no tenia que leer crunch, crash o bang, pues estos sonidos los emitan las
paginas. En aquella poca, la obra titulada Historias del antiguo Oeste galctico haba
sido una de sus preferidas entre las audio-sonoras.
Aquello estaba bien para el pasado, pero que coo estaba haciendo el ahora en aquel
lugar a la vez extrao y familiar? Se quito el sombrero y lo examino.
Y que estaba haciendo en el interior de su sombrero nuevo de vaquero tejano un
lagarto de seis extremidades y veinte centmetros de alto?
Que hay, Bill! Jess, sin duda es bueno ver que continuas estando vivo, viejo
jamelgo. El chinger sacudió sus manos a modo de saludo, y luego salto al suelo, donde
hizo un agujero en la arena. (Bill se pregunto como era que no se haba visto aplastado
contra el suelo con aquel animal increblemente denso sobre la cabeza; luego dejo a un
lado el pensamiento, pues en aquel momento haba cosas mas pertinentes en las que
pensar.)
Bgr el chinger! Que estas haciendo aqu? Y, ya que estamos en ello, donde es
aqu, en todo caso?
No lo sabes, Bill? Es el mtico Oeste de la gran America de la antigua Tierra! La
materia de que estn hechos los sueos.
Bill sacudió la cabeza.
La antigua Tierra no es mas que una leyenda... eh... oh! chasqueo los dedos .
Ya lo tengo! Eso es, se trata de una parte de la Hiperglndula!
Yo dira que no se trata simplemente de una parte dijo Eager Beager, saltando en
crculos, entusiasmado . Parece ser la misma base! La fora que esta debajo de la
meta... o debera decirlo al revs? No importa... Se lo preguntare a Delazny, antes de
mandarle convenientemente reventado a los desdichados cotos de caza.
Bill pudo ver que Bgr estaba vestido con ropa del Oeste en miniatura, incluso llevaba
diminutas espuelas, y dos pequeos Colt 45 que hacia girar juguetonamente en dos de
sus manos, mientras que los pulgares de las otras dos estaban metidos en el cinturón.
Eh, ten cuidado con esos revólveres, to! dijo Bill . Que ha ocurrido, en todo
caso? Lo ultimo que recuerdo es que ramos absorbidos por el agujero que quedo
despues de estallar la fuente de las hormonas.
Jess, tienes una gran memoria, compaero. Aquella explosión muy bien hecho,
por cierto, Bill se extendió mas all y destrozo las maquinas que Delazny tenia en
Coloctomia IV, y de camino nos absorbió a el, a mi y a toda la tripulación al interior del
remolino Hombre-Mujer! Aparentemente, nuestros destinos estn entrelazados una vez
mas! Yo acabe aqu, contigo!
Bill parpadeo velozmente mientras sus neuronas atontadas trabajaban para
comprender. El proceso de pensar puede ser doloroso.
Bien! dijo finalmente, sonriendo y comprendiendo . Pero he vuelto a perder a
Irma!
Oh, no la has perdido, camarada! Mira all!
Bill miro en la dirección que le sealaba el chinger y vio una tela que revoloteaba y un
zapato que asomaba por detrs de un cactos especialmente grande.
Pero, ser cornudo! grito Bill, chillando, lanzando hurras a los cuatro vientos y su
sombrero al aire . Si es Irma! Una expresión de perplejidad se apodero de su rostro
. Y por que he dicho eso? Que es un cornudo?
Sera mejor no preguntarlo, amigo Bill. Es indudablemente una expresión jergal del
Lejano Oeste. La jerga! La capa traspuesta de casi realidad en la Hiperglndula nos
afecta hasta ese punto. De ah los fallos, Bill! Se arreglo el chaleco que estaba cubierto
de lentejuelas que brillaban.
lrma! corrió y dejo atrs salvias y cactos, para recuperar a su cado amor. Ella
estaba inconsciente y yaca con solemnidad sobre una gran roca; y, sorpresa de
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